Seguimos con los episodios especiales dedicados al Festival Internacional de Cine de Sitges. En esta tercera edición aun se le llamaba «Semana Internacional de Cine Fantástico y de Terror», esto significa que aún no había entrega de premios, simplemente era una muestra de cine de género. Se celebró del 26 de septiembre al 2 de octubre.
Como muchos de vosotros ya sabréis, desde los 90 el Auditori del Melià es la sede del Festival y la principal sala de proyección. Pero hubo un tiempo donde El Retiro fue el epicentro, y fue precisamente en este año cuando las proyecciones se trasladaron desde la pantalla del Casino Prado a un moderno El Retiro. Hoy en día, ambas salas siguen siendo parte del Festival, pero mientras que El Prado ha sufrido algunas reformas que han mejorado el lugar, El Retiro se ha quedado muy vetusto y pide a gritos una reforma general.
Principios de los 70 fueron años donde se vivió la configuración del Festival, aunque como es lógico, en sus más de 50 años ha tenido sus idas y venidas. La dictadura empezaba a mostrar signos de agotamiento y la gente estaba ansiosa de ver algo nuevo, diferente, y en Sitges se producían alguna de estas grietas en el sistema que permitían ver algo diferente, incluso prohibido en cierta manera. Esto no significa que la censura no estuviera al acecho, pero había violencia y sangre, algo ya habitual en el extranjero pero que no lo era en España y alguna otra cosilla que se escapaba.
Según la prensa de la época, siendo “Nueva Dimensión” la revista especializada más notoria en cubrir el Festival, fue una semana sangrienta más que fantástica, predominando las películas donde el rojo fluido corría a mares y también tuvo especial importancia la serie B. De hecho, hay una cosa curiosa, y es que gracias a colaboradores cercanos, la revista elaboró una estadística de número de muertes por día en las películas, contando con un total de 120.
El comité de selección tuvo algo muy claro para esta edición: proyectar solo películas inéditas, no reposiciones. Dicho de otra manera, películas que no hubieran sido estrenadas en España, aunque no fueran actuales. Esta edición tuvo 30 sesiones, contando largometrajes y cortometrajes.
Sitges empezaba a convertirse en lugar de peregrinación de cinéfilos ávidos de género…