No soy alguien que ama el diálogo, soy alguien que ama el movimiento. La acción, si está bien hecha, puede ser muy poética y significativa.

Denis Villeneuve

Esta frase la dijo Denis Villeneuve durante la presentación de su último film, Dune, y él es justamente el protagonista del episodio de hoy, uno de los autores destacados en el cine actual, que aun teniendo un estilo marcadamente independiente, consigue llenar salas y satisfacer a la crítica.

Su primera incursión en el cine llegó realizando el documental Rewind, Fast Forward, que a modo de falso documental exploraba la vida de los jamaicanos y su relación con la música. Por este trabajo recibió el reconocimiento del jurado en el Festival Internacional de Cine de Locarno.

También participó en una película coral titulada Cosmos en la que junto a otros 5 directores exploraron las vidas mundanas de unos ciudadanos, en la que se mezclaba el humor con toques filosóficos. Además y como sucede con muchos directores como David Fincher o Spike Jonze, trabajó realizando videoclips para el grupo de folk rock canadiense Bündock, para el rockero solista Daniel Bélanger e, incluso, para el Cirque Du Soleil.

Finalmente, en el año 1998, consiguió dirigir su primer largometraje titulado “Un 32 de agosto en la tierra”. Ya el título es una declaración de intenciones de la extrañeza, incluso onirismo, en el que está envuelta la película.

Dos años después, en el 2000, dirigiría su segundo largometraje, Maelström, que ya tuvo una mayor repercusión, ganó el premio FIPRESCI de la sección Panorama en la Berlinale. Tal y como sucedía en su anterior película, donde el título era extraño, en este caso el surrealismo viene por dos lados: por una parte empieza la película pidiendo perdón a los noruegos por el uso que va a hacer de su imaginario, el Maelström, estos enormes remolinos de agua que si no eres lo suficientemente fuerte te pueden arrastrar con él.

Nueve años tardó en dirigir su siguiente largometraje, Polytechnique (en este tiempo destacaría un corto llamado Next Floor, por si a alguien le interesa). La película está basada en un hecho real ocurrido en la Escuela Politécnica de Montreal en 1989, donde Marc Lépine asesinó a disparos con su rifle semi-automático a 14 mujeres, hirió a 15 personas más, para después suicidarse. Lo de que fueran 14 mujeres no es casual, Marc culpaba al feminismo de las desgracias de su vida, afirmando que las mujeres pensaban en mantener sus privilegios aunque ello fuera a costa de los hombres.

Si con Polytechnique ya realizó una gran película, con Incendios, llegó a la cima de su cine (es la película favorita de Alejandro). Consiguió la nominación al Oscar a mejor película extranjera, (siendo derrotada por “En un mundo mejor” de Susanne Bier), y también la nominación a la misma categoría en el BAFTA, donde fue derrotada por “La Piel que Habito” de Almodóvar.

La película adapta la obra de Wajdi Mouawad donde Jeanne y Simon Marwan, dos mellizos que viven en Canadá, reciben las últimas voluntades de su madre tras fallecer de forma más o menos repentina, tras pasarse días sin hablar. En estas últimas voluntades, Nawal, la madre de ambos, les insta a viajar al Líbano donde deberán entregar sendas cartas a su padre, al que creían muerto, y a un hermano del que desconocían su existencia. En este momento, los dos protagonistas se embarcarán en un viaje para conocer la raíz de su existencia.

Tres años después de dirigir Incendios, Denis Villeneuve filmaría Prisioneros, su primera película producida íntegramente en Hollywood. Protagonizada por Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal y Maria Bello, nos explica la historia de la búsqueda de dos niñas desaparecidas, y los esfuerzos por sus familias y la policía por encontrarlas.

La película nos muestra esa investigación desde dos perspectivas: Por un lado tenemos a Keller Dover (interpretado por Hugh Jackman), que es el padre una de las niñas, y por la otra al detective de la policía David Loki (interpretado por Jake Gyllenhaal).

En el mismo año que “Prisioneros” estrenaría “Enemy”, una libre adaptación de la novela de José Saramago, “El hombre duplicado”, a cargo de Javier Gullón, donde Adam (interpretado por Jake Gyllenhall) un afable profesor de historia que lleva una vida monótona, descubre durante el visionado de una película que existe un actor que es físicamente idéntico a él. Esto le obsesionará, iniciando una búsqueda sin descanso hasta dar con su doble.

En 2015 estrenó Sicario, apostando por un realismo más sucio y turbio que en sus películas anteriores.

Cuenta la historia de Kate, una idealista agente del FBI (que interpreta Emily Blunt), que es reclutada para ayudar en la creciente guerra contra el narcotráfico.

La película nos sitúa en la zona fronteriza entre Estados Unidos y México, donde Kate se encuentra en medio de una redada a una presunta casa franca del Cartel de Sonora en Arizona. Tras el descubrimiento fortuito de docenas de cadáveres emparedados por toda la casa, una bomba trampa les sorprende y mata a dos de sus compañeros. Tras este incidente, recibirá la propuesta de unirse a un grupo de élite del gobierno que tiene como cometido, al menos inicialmente, acabar con los verdaderos responsables de ese atentado, los jefes de los cárteles mexicanos.

Junto a Emily Blunt, en el film aparecen Josh Brolin que interpreta a Matt Graver, el cabecilla de éste grupo de élite y que se encarga de reclutar a Kate y de organizar las operaciones. Y Benicio del Toro, que interpreta a Alejandro Gillick, que inicialmente parece ser un mercenario distante e impasible, y que más tarde descubriremos que trabaja para el Cartel de Medellín.

Apenas un año después de Sicario, Villeneuve se metió de lleno en la ciencia ficción con “La llegada” y es curioso porque si contamos la segunda parte de Dune que se estrenará dentro de unos meses, llevará cuatro seguidas del mismo género.

El libreto empezó a gestarse a finales del 2012, cuando Eric Heissener empezó la adaptación del exitoso relato corto de Ted Chiang, “The Story of your Life”, ganando premios tan importantes en el campo de la ciencia ficción como el Hugo o el Nebula. De hecho, durante gran parte de la preproducción, la película tuvo ese nombre, antes de ser cambiado a “Arrival”.

35 años tuvieron que pasar para que los fans de Blade Runner pudieran disfrutar de una secuela “digna” (y lo digo entre comillas) de la obra maestra de Ridley Scott. Y por supuesto no era tarea fácil.

Harrison Ford y Edward James Olmos, repiten con sus personajes a los que se incluyen Ryan Gosling, Ana de Armas, Robin Wright y Jared Leto.

Nunca ha sido fácil hacer un remake o una secuela de una película icónica, y mucho menos si hace tantísimos años de la anterior entrega. Se me viene a la cabeza el terrible remake de “Desafío total”.

Sin embargo, Villeneuve sale airoso, no es ni mucho menos tan redonda como la original, tiene sus peros, pero me convence. Confieso mi amor incondicional por la Blade Runner original y admito que durante un tiempo me resistí a ver esta nueva entrega y me gustó bastante, algo que me hizo ver que lo mejor es ponerte la película y juzgarla en lugar de tener prejuicios.

Primera parte de una serie de películas basadas en una nueva versión revisada, fiel a la novela homónima de 1965 de Frank Herbert, por tanto Dune 2022 no es un remake de la versión de David Lynch de 1984.

La película está protagonizada por Timothée Chalamet y co-protagonizada, y aquí cojo aire, por Rebeca Ferguson, Oscar Isaac, Josh Brolin, Stellan Skarsgard, Dave Bautista, Zendaya, Jason Momoa y Javier Bardem entre otros.

La trama se centra en Arrakis, un planeta desértico del cual se extrae una sustancia llamada Melange o “especia”, que solo existe en ese planeta y que se utiliza para los viajes estelares, por tanto es un elemento clave para esas civilizaciones. También se describe como una droga que da al consumidor una esperanza de vida larga, gran vitalidad y elevada cognición, y en algunos casos otorga poderes oraculares de visión del futuro.

Durante los últimos 80 años, la explotación de la especia ha sido gestionada por la Casa Harkonnen, pero al inicio del film, el emperador decide reemplazar a los Harkonnen como gobernantes de Arrakis y cede el control a la casa de los Atreides. Esta decisión (y aquí empiezan los spoilers) esconde el deseo del emperador de acabar con dicha casa, la casa Atreides, cuya influencia amenaza su control del universo conocido.

En Arrakis viven unas tribus autóctonas llamadas Fremen, que viven en el desierto profundo, la zona menos habitable del planeta, y que a causa de sus duras condiciones, desarrollan capacidades extremas de superviviencia.


Recordad que tenemos una playlist en Spotify donde iremos añadiendo canciones extraídas de las bandas sonoras de las películas y series que vayamos comentando en todos los episodios.

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